MARIETA

Imagen gentileza de Sara Faus

¡Marieta!, llegaste por la puerta pequeña,

y te fuiste por todo lo alto y a lo grande,

porque a pesar de tus limitaciones físicas,

tu labor, dedicación y entrega ¡te dignan!,

y así fue pasando tu vida entre los infantes,

¡hasta que llego tu hora! y subiste al cielo,

dejando a tus niños en un mar de lágrimas.

Fuiste pequeña de estatura pero ¡gran mujer!,

en tu mirada, se refleja toda una vida,

armada de buena dosis de paciencia y ternura,

fuiste el amparo y el horizonte de los niños,

la discapacidad no pudo con tu gran corazón,

y tu mundo no era otro más que la dedicación,

ahora en cada amanecer recordamos tu labor.

Al irte nos dejas la belleza de tu peculiar mirada,

vivo retrato de tu alma que en bondad se derramaba,

tu mirada es la esperanza del amanecer,

aquí quedas, profeta en tu tierra Palma de Gandía,

tu casa, morada de los niños más desfavorecidos,

tu vida, dedicada a los infantes ¡como una madre!.

¡Marieta!, en tu pueblo natal muy cerca del mar,

hoy al pronunciar tu nombre la vida retrocede al ayer,

y veo tu rostro deshojando la ternura que transmitías,

hora tras hora, incansable, en desvelo por el prójimo,

consumías tu vida sin más premio que la propia dedicación,

y día tras día fuiste llegando a lo más alto del altar.

© Ricardo Miñana 2011