ALBARRACIN El castillo.

Al llegar la noche,
caminando por el castillo
las sombras me envuelven,
como un manto de silencio,
atravieso una zona de murmullos,
como voces lejanas,
viajeras de otros tiempos
ya vividos y pasados,
se oyen gritos,

como almas que reviven la historia,
me dejan sin aliento,
palabras abstractas,

al soplar con fuerza el viento

su sonido rompe el silencio,
barriendo los murmullos
que retumban en su eco,
la sombras se dispersan,
dando paso a la niebla,
que rodea las altas murallas
del legendario castillo,
enclavado en la cima de la montaña,
dominando los cuatro puntos cardinales,
lugar lleno de historia,
de grandes batallas
entre musulmanes y cristianos,

de punta a punta altas murallas,
a su alrededor se levanta el poblado,
construido en la falda de la colina,
rodeado por la belleza de la sierra,
con sus caserios construidos de arcilla roja,
estrechas calles de piedra,
a su derecha la gran torre del andador,
a su izquierda la emblemática torre blanca,
falta la tercera torre hoy desaparecida,
en su parte mas baja fluye el rio,
rodeando al pueblo,
un paisaje de gran belleza,

con historia

y leyenda.

© RMC 27-11-2009