Atardeceres

El sol emprende
retirada hacia poniente,
y en su destierro
se abren paso las sombras
que penetran pacientes
por las vertientes del aire,
mientras la ventisca
acude propagando su canto
a la intimidad del firmamento,
anunciando el ocaso
que ferviente acontece.


Tendió la rebelión
de los colores crepusculares,
que el viento fecundó
en memorable atardecer,
y entre la contienda
persiguiendo la consistencia
estremeció el resplandor.


Desde el abismal
oasis del firmamento,
y desde las eternidades
que rodean su prodigio,
asisten al espectáculo
abierto ante sus ojos
en ambicioso proyecto
atrapado por el tiempo,
son momentos de la vida
que se reviven cada día.


Entre sus intervalos
al acecho de las sombras
evaporando la luz del día,
los pájaros enmudecen
bajo murmullos de la brisa
y la quietud del atardecer.


Alrededor del silencio,
la noche llega radiante
en la evocación
con su manto de estrellas,
y en efusivo abrazo
entre sueños de luz y color,
se funde con el día
ilustrando perpetuamente
su onírico atardecer.



Copyright © Ricardo Miñana 2011