Sensaciones de la vida

El amor deshoja su ternura
como flor que revoca su aroma
y la quietud se propaga
por la puerta abierta a los sueños
deletreando sentimientos
por el frío mar que solo se abre
cuando el calor de una caricia
flamea y provoca el deshielo
y cuando deshoja sus aguas
deja el amor en su estado puro.


Son las tentaciones de la vida
un aliento para el espíritu
salvo cuando las caricias
se convierten en escalofríos
y las miradas intercambiadas
ya no se reflejan en los ojos
como una ironía de la vida
que desprende la tierra mojada.


Y cuando todo está perdido
equilibrio entre imagen y palabra
no es necesario decir nada
solo observar para comprender
y el silencio atesora sabio
símbolo del espíritu y del alma
nos hace sentir en otro tiempo
principio y final de un destino.


Sentirse solo y nostálgico
es como una luz extraviada
tal vez conectar con el instinto
donde los egos son espejismos
como huellas indelebles
que vuelan por los pensamientos
despertando lo inaudito
entre lo soñado y lo vivido
de aquellas vivencias casuales
que iban sucediendo en la vida
mientras hacíamos otras cosas.


La melancolía ni genera ilusión
ni vive las sensaciones de la vida
que la música propaga en el aire
y acaricia a los que saben sentirla
como la blanca luz desde lo oscuro
refleja su resplandor en el rostro
el vacío se supera a si mismo
cuando su situación se interpreta
como estado propio de otro tiempo
que ya no existe en el presente.



Ricardo Miñana © Copyright 2012

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